Paderewski

 
Deseando dar ánimo a su joven hijo para que progresara en el piano, una madre llevó a su pequeño a un concierto de Paderewski.
Después de sentarse, la madre vio a una amiga en la platea y fue a saludarla. El pequeño cansado de esperar se levantó y comenzó a recorrer el lugar hasta que llegó a una puerta donde estaba escrito “PROHIBIDA LA ENTRADA”.
 
Cuando las luces se apagaron y el concierto estaba a punto de empezar, la madre regresó a su lugar y descubrió que su hijo no estaba allí
De repente, las cortinas se abrieron y las luces cayeron sobre un impresionante piano Steinway en el centro del escenario.
 
Horrorizada, la madre vio a su hijo sentado al teclado inocentemente, tocando las notas de… “Mambrú se fue a la guerra”
En aquel momento, el gran maestro de piano hizo su entrada, rápidamente fue al piano y susurró al oído del niño, “No pares, continúa tocando”.
Entonces apoyado, Paderewski extendió su mano izquierda y empezó a llenar la parte del bajo. Luego, puso su mano derecha alrededor del niño y agregó un bello arreglo de melodía. Juntos, el viejo maestro y el joven aprendiz transformaron una situación embarazosa en una situación maravillosamente creativa. El público estaba emocionado.
 
Así son las cosas cuando uno le permite a Dios entrar en los diferentes aspectos de su vida. Lo que podemos conseguir por cuenta propia es hacer lo mejor posible, pero, cuando le permitimos al Maestro Jesús entrar, no solo mejora lo que estamos haciendo, sino también muestra, qué es lo que vale la pena hacer y cómo hacerlo, y así las obras de nuestras vidas pueden ser ampliamente.
Después el muchacho tenía que hacer lo que le decía el maestro. También nosotros tenemos que hacer lo que dice Dios para que Él pueda transformar nuestros esfuerzos en bendiciones y victorias.

 
Feliz navidad!

Jorge Gauna
GaunArte.com
Simples Palabras

Comentarios

Entradas populares de este blog

El amor según William Parrish

SILENCIO Y OSCURIDAD

Hueco de vida