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Mostrando entradas de febrero, 2013

En un instante... Conocerte!

Y el tiempo pasó lento, la caminata sobre aquel rio era despacio, no teníamos motivos para ir mas rápido. La presencia de un ser que te provoca sentimientos encontrados no es sencillo de asimilar. Recuerdo que le pregunté varias veces su nombre.. Era increíble pensar que estaba hablando con él... hacía tanto tiempo que me hubiese gustado saberlo todo. Aún así no me lo contó, evidentemente no es parte de su función estarle contando a cada persona que cuida, la historia de su vida. ¿Cómo era? Alto, mucho mas alto que yo, delgado y sumamente resplandeciente. La orilla del mar se tornaba cada vez mas violenta, las olas golpeaban fuerte las rocas de un acantilado que se formaba al final del camino. Estábamos sólo él y yo. --- Y dijo: La forma y apariencia con que tu me vez ahora, es la misma que forja tu propia mente, yo no tengo apariencia alguna, soy como tu quieres que sea. Los seres como nosotros somos solo espíritu y como tal no poseemos alma; eso es algo que les envi

Crónicas de una tarde sin dinero..

Matías bajó del camión un poco cansado. Su jornada de trabajo comenzó muy temprano aquel domingo, se dedicó afanosamente a limpiar una sala completa de la casa de un amigo; lavó, secó y aspiró los tres sillones por completo para terminar desde las 8 de la mañana y hasta las 4 de la tarde, por la “gran“ cantidad de $200 pesos mexicanos. No era fácil su trabajo, sin embargo era de lo poco que había conseguido aquella semana. Después de caminar unos 30 metros, recordó lo que sus hijos le pidieron en toda la semana, ya que la bajada del camión coincidía frente al gran circo que sonaba diariamente por la ciudad. Matías era padre de 3 hijos, su esposa lo había dejado un día a cargo de ellos y nunca volvió. Matías perdió su trabajo por tener que hacerse cargo de las necesidades de sus pequeños; y en una ciudad trastornada y robada por la politica, una de las cosas mas difíciles era conseguir un trabajo. Se acercó lo mas que pudo a la cerca que dividía la entrada al circo de la calle.

Las Hojas Secas.

El sol se había puesto. Las nubes, que cruzaban hechas jirones sobre mi cabeza, iban aamontonarse unas sobre otras en el horizonte lejano. El viento frío de las tardes de otoño arremolinaba las hojas secas a mis pies. Yo estaba sentado al borde de un camino por donde siempre vuelven menos de los que van. No sé en qué pensaba, si en efecto pensaba entonces en alguna cosa. Mi alma temblaba a punto de lanzarse al espacio, como el pájaro tiembla y agita ligeramente las alas antes de levantar el vuelo. Hay momentos en que, merced a una serie de abstracciones, el espíritu se sustrae a cuanto le rodea y, repleglándose en sí mismo, analiza y comprende todos los misteriosos fenómenos de la vida interna del hombre. Hay otros en que se desliga de la carne, pierde su personalidad y se confunde con los elementos de la naturaleza, se relaciona con su modo de ser y traduce su incomprensible lenguaje. Yo me hallaba en uno de esos últimos momentos, cuando sólo y en medio de la escueta llanura oí ha

Ella es así..

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