En un instante... Conocerte!


Y el tiempo pasó lento, la caminata sobre aquel rio era despacio, no teníamos motivos para ir mas rápido. La presencia de un ser que te provoca sentimientos encontrados no es sencillo de asimilar.

Recuerdo que le pregunté varias veces su nombre..

Era increíble pensar que estaba hablando con él... hacía tanto tiempo que me hubiese gustado saberlo todo.

Aún así no me lo contó, evidentemente no es parte de su función estarle contando a cada persona que cuida, la historia de su vida.

¿Cómo era?
Alto, mucho mas alto que yo, delgado y sumamente resplandeciente.

La orilla del mar se tornaba cada vez mas violenta, las olas golpeaban fuerte las rocas de un acantilado que se formaba al final del camino. Estábamos sólo él y yo.

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Y dijo:
La forma y apariencia con que tu me vez ahora, es la misma que forja tu propia mente, yo no tengo apariencia alguna, soy como tu quieres que sea. Los seres como nosotros somos solo espíritu y como tal no poseemos alma; eso es algo que les envidiamos a ustedes, los hijos de Dios. Y "envidiar" es un decir, ya que evidentemente aceptamos nuestra misión en la Vida.

- Somos Luz en la obscuridad
- Somo confianza en la incertidumbre
- Somos fuerza cuando estás débil
- Somo el amigo que siempre esta ahí, a tu lado.

Vine a tí, porque tú me lo pediste, siempre he estado contigo, sin embargo no de ésta forma, ya que raramente nos lo permiten. Nosotros tambien tenemos "reglas" (como ustedes les llaman), conocemos nuestros alcances y de igual forma respetamos cuando lo que desean es permanecer lejos de uno.

La vida sólo es un gran reto que te permite tomar decisiones. De ellas depende la realidad que se te mostrará al final del camino. No olvides que nunca estás solo, no olvides que eres parte de un Universo que gira a tu alrededor, y esto, que has creado Bien o Mal, es resultado de tí mismo.

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Entonces me detuve y clavé los pies en la arena humedecida por el mar.. me di cuenta que se había ido, y aunque parezca contradicción, seguía ahi conmigo.

Y de ésta forma, llámenle Sueño, llámenle Vida, llámenle como ustedes quieran, fue la forma en la que conocí a mi ángel. Mi madre dice que el nombre de él es Uriel, pero, para ser sincero... jamás lo recordé.


Jorge Gauna
- Simples Palabras -
Ideas Arte
@GaunArte

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