Una noche con el mar

Hubo una noche que decidí enfrentarlo,
Sabía que la única manera de poder asumir el control de mis emociones era convencerme de que podía hacerlo, y
 lo haría.

Salí despacio de la habitación, ella aún dormía... tomé el elevador y bajé al lobby, fue fácil llegar a la orilla del mar... y poder gritarle con la mirada que estaba ahí, frente a frente.

Entré... supe desde ese momento que si lograba salir con vida de ahí, definitivamente no volvería a ser el mismo de ayer. 

Conocí el llanto de un mar que se miraba enorme y regocijante, que lloraba de felicidad por tanto que podía dar, y poco que se le apreciaba en la realidad; un mar asequible de historias viejas, de mitos y leyendas.

Jugué, brinqué y me dejé llevar por su oleaje, por su sensata búsqueda de hacerte sentir mal, de zambullirte, de ahogarte entre sus fauces.

Y reí al final, porque a pesar de tantos intentos de sentirme suyo, yo lo usé a él; a pesar de ser tan enorme, fue mío en aquel breve espacio que guardé en mi corazón para siempre, para nunca olvidar que algún día... le rompí el corazón al mar.

Simples Palabras
@Gaunarte 


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