Ven...



Ven y lléname los labios de deseo...
Acaricia mi cuerpo con tus manos pecosas,
hurga en mis sueños y no los dejes escapar,
hazlo sin miedos, sin esperanza y sin piedad.

Ven y sedúceme con tus miradas.
Déjame probar de tu pecado, tus bondades
y tu mas limpio y puro amor.
Sin complacencias, sin límite de tiempo.

Ven y tómame de la mano,
giremos el mundo de cabeza y volemos.
No importa la verdad ni la pobreza,
el alma es ciega a los prejuicios terrenales.

Ven y contágiame de tus frutos,
de la semilla que nace de tu árbol milagroso,
de tus cosquillas que se tiñen en tu boca,
y me incitan a ir lento, a perseguir tu cuerpo.

Ven...
Y no busques más fuera de este reino,
no intentes descubrir un mundo mejor que el mío,
porque seguro estoy que si existe y no es conmigo,
moriré de celos y tristeza en el camino.

Ven,
Siéntate a mi lado y sigamos soñando juntos.

Simples Palabras
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